China Maoista - Revolución cultural.

El nuevo régimen afrontaba la difícil tarea de reorganizar un país caracterizado por una ancestral fragmentación política que se había acrecentado durante la guerra civil. El inmenso territorio era castigado además por hambrunas, plagas y catástrofes. Cuando los comunistas tomaron el poder, el chino medio vivía con medio kilo de arroz o cereales por día y compraba un par de zapatos cada cinco años. 

Lo primero que hizo el gobierno comunista fue instalar la censura de prensa y lanzar campañas de represión contra los simpatizantes del Kuomintang. El propio Mao admite unas 700 mil ejecuciones entre 1949 y 1953 aunque algunas estimaciones recientes llegan a hablar de unos varios millones.

Junto a las ejecuciones en masa, se puso en marcha el sistema de "educación por el trabajo" (lao-gaí), para lo que se creó un sistema de campos de consentración que en poco tiempo albergó un millon y medio de prisioneros.

Tanto en su proceder como en los objetivos que se tenía, el model que seguían los maoistas era el de la Unión Soviética. 

Uno de los razgos del régimen chino fue el estímulo de las formas de las formas descentralizadas de movilización. El estilo de Mao consistió en lanzar olas de violencia y dejarlas correr sin mayor control. Otra cosa que promovió fue la teatralización de la represión, es decir, los castigos y ejecuciones ante grandes asambleas.

La  evolución de la República Popular China puede distinguirse en cuatro grandes etapas:

1949-1952: fue un período de grandes cambios sociales y de ideología. También fue un tiempo de transición y de colaboración con otras organizaciones no comunistas, en un esfuerzo de reconstrución nacional, y fue denominada la época de la "nueva democracia". En ella, todos los grupos sociales se mezclaron y unieron bajo la dirección del Partido Comunista chino (elemento motor de la vida pública) para la realización de la gran obra nacional y el desarrollo de una economía común. 

Durante esta etapa se consiguió una capacidad productiva similar a la de la época anterior a la guerra chino-japonesa. Sin embargo, sus mayores logros se obtuvieron en el campo social, en el cual buscaron la igualdad de oportunidades y una reconcideración del papel de la mujer. La máxima expresión fue la ley de matrimonio de 1950, que puso gin a la situación de auténtica esclavitud de las mujeres chinas. 

1953-1965: época de la construcción del socialismo según el modelo soviético. Los dos grandes rasgos distintivos de esta fase fueron la extensión de las colectivizaciones agrarias, los planes quinquenales y la prioridad dada al desarrollo de la industria pesada.

En  1953 se aprobó el primer Plan Quinquenal y se puso en marcha una gigantesca reforma agraria. El nuevo régimen se propuso convertir a China en una potencia industrial. La estrategia a medio plazo consistía en generar exedentes  agrícolas que permitieran financiar el desarrollo industrial pero en el corto plazo se apostaba a la ayuda soviética.

El primer Plan Quinquenal (1953-1958) dio resultados positivos, principalmente en el sector agrícola. Para algunos, esto se debió a las políticas impulsadas por el gobierno. Para otros, se debió más sencillamente a la llegada de la paz. En cualquier caso, la producción de cereales creció más que un 70% entre 1949 y 1956.

A mediados de los años 50 el número de fábricas militares había ascendido a 141 pero la dependencia tecnológica de la Unión Soviética seguía siendo casi total.

No obstante, ocurrió como en la URSS: retraso de la agricultura con respecto a la industria y dificultades de abastecimiento de las ciudades. Para intentar corregir este desequilibrio, a partir de 1958 se inició la política del Gran Salto Adelante que se propuso duplicar o triplicar el ritmo de crecimiento económico atendiendo por igual el desarrollo de la industria y de la agricultura.

Se crearon las comunas rurales populares: cooperativas agrícolas e industriales autosuficientes, donde se nuclearon obreros, artesanos, campesinos y militares y fueron presentadas como modelos de sociedad comunista ideal.

Uno de los lemas de la época decía: "Podemos producir tanto alimento como queramos". Mao se habia embanderado con un idealismo utópico que subordinaba la realidad a la voluntad humana. La principal consigna de la época era "la política está al mando".

1965-1976: Revolución cultural.

Este período significo un gran enfrentamiento entre quienes querían incrementar los cambios  para por fin terminar de emprender el camino hacia el marxismo-leninismo (liderados por Mao) y quienes querían controlar las modificaciones para evadir los errores y fracasos del Gran Salto Adelante (a la cabeza se encontraba el presidente de China, Liu Shao-chi).

En el principio fue un operativo político destinado a destruir a los “revisionistas”. Para lograrlo, Mao eligió a los estudiantes como tu fuerza de choque.

Los llamo a lanzarse a las calles en nombre de la pureza original perdida, a denunciar a los “contrarrevolucionarios” y cerrar las escuelas y universidades que se apartan de las enseñanzas verdaderas. 

Alistados como “Guardias Rojos”, miles de jóvenes se movilizaron. Su trabajo era denunciar a los traidores y a los burgueses, reprimirlos, y obligarlos a la autocrítica. Ellos mismos decidían quiénes debían ser castigados, invadían sus casas, los llevaban a las plazas, les ponían disfraces humillantes y les colgaban carteles ofensivos. Muchas veces también  los golpeaban hasta la muerte.

Mao respaldaba estas acciones, decía que lo hacían para mostrar su indignación “por la explotación y opresión de trabajadores, campesinos, intelectuales y organizadores revolucionarios”. 

La Revolución Cultural se volvió una máquina de destrucción de todo aquello que no representaba la mentalidad revolucionaria. Los Guardianes Rojos derribaban estatuas, quemaban bibliotecas y asesinaban a sus maestros. En poco tiempo destruyeron la mayor parte de los templos, obras de arte y libros. En el momento de mayor intensidad, todas las escuelas fueron cerradas y todos los libros prohibidos excepto los que hacían referencia a Mao. En 1964 se llegó al extremo, podríamos decir ridículo, de declarar el cultivo de flores como un “pasatiempo feudal”. 

De esta manera, Mao, había terminado de dirigir un régimen autoritario para transformarlo en uno totalitario, un régimen que intenta regularlo todo, incluyendo los aspectos más íntimos de la vida de los individuos, todo adquiere significado político y debe ser moderado por el Estado.

No solo se perdieron invaluables riquezas del pasado si no que también los intelectuales (en el sentido más amplio de la palabra) se vieron más que afectados. Muchas de las mentes más brillantes de China desaparecieron en el Gulag chino.

La Revolución China tuvo otros dos componentes. 

El primero es el culto a la personalidad. Como en la Unión Soviética de Stalin, durante estos años la figura del líder fue puesta casi al rango de divinidad. Su imagen se veía en cada rincón de China, no había discurso o artículo de prensa que no nombra a Mao y había que hacerlo mediante fórmulas como “el Sol Rojo” o “el Gran Timonel”. Se agradecía a Mao como se agradece a Dios. En esta época se diostribuyó El libro rojo de Mao, una selección de citas cuya lectura era obligatoria en las escuelas y en los capos de concentración. Una de las consignas que se les enseñaba a los escolares era: "Tu padre está cerca de ti, tu madre está cerca de ti, pero nadie está tan cerca como el presidente Mao".

El otro componenete fue la purga aplicada al propio Partido Comunista. El 15 de setiembre de 1966, Lin Biao, por entonces el hombre de mayor confianza de Mao, les comunicó a los jóvenes rojos su siguiente deber: "Ahora deben concentrarse en denunciar a aquellos hombres con poder dentro del Parido que persiguen una vía capitalista". En las semanas siguientes miles de dirigentes fueron purgados tras recibir acusaciones del mejor estilo estalinista: "burgués", "reaccionario", "contrarrevolucionario" o "derechista". Ministros del gobierno fueron torturados hasta la muerte y sus cuerpos mostrados en público.

La violencia desatada por Mao pronto quedó fuera de control. Grupos armados empezaron a chocar entre sí, miles de campesinos abandonaron las granjas colectivas y muchos obreros reaccionaron contra los excesos. En un primer momento Mao adelantó el clima de violencia generalizada pero llegó un punto en el que el fantasma de la guerra civil se hizo demasiado amenazador. Fue cuando declaró que la Revolución Cultural habia terminado y llamó a las fuerzas armadas a aponer orden. La represión fue feroz. A los centenares de miles de muertos provocados durante la Revolución Cultural se añadían ahora las de la contraofensiva militar. 

La Revolución dejó un saldo terrible: cuatro años sin clases en las universidades, una generación de estudiantes perdida, el país paralizado por el caos y buena parte del patrimonio cultural del país irremediablemente perdida, por lo que el nombre de Revolución Cultural resulta bastante irónico. Se calcula que, durante ese período y los años de endurecimiento del régimen que le siguieron, unos tres millones de personas murieron en forma violenta.