Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, la
economía japonesa se encontraba en serios problemas: la producción había
disminuido, los alimentos escaseaban, la desocupación afectaba a millones de
personas, la inflación crecía aceleradamente y las pérdidas materiales
representaban una cuarta parte de la riqueza del país. Sin embargo, en tan solo
tres décadas la economía nipona logró recuperarse y expandirse hasta llegar a
ser la segunda potencia económica mundial, provocando la admiración del resto
de los países que denominaron a este proceso "el milagro japonés".
Entre 1950 y 1970 los índices de producción manufacturera e industrial se
duplicaron cada cinco años, mientras que en ese mismo período la economía se
expandió 55 veces. Durante la década del 60 la tasa anual de crecimiento
económico de Japón fue de 11,1%, superando ampliamente a las potencias
económicas occidentales de mayor importancia. Francia contaba con una tasa de
crecimiento anual de 5,8%, Alemania Occidental de 4,8%, y Estados Unidos de
4,1%.
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